Las aperturas de PVC están compuestas de perfiles diseñados mediante un sistema de doble contacto (proyectantes, oscilobatientes, abatibles, fijas). Éstas están compuestas de multicámaras interiores en marcos y hojas. Cuentan con un galce que permite la colocación de un cristal de hasta 36 mm, dependiendo del sistema a utilizar y la marca a escoger.
Según el sistema, cuentan con burletes o felpas para su sello hermético. Tienen un mecanismo de herraje que es común a prácticamente todas las marcas, logrando una alta perfomance para resolver los distintos proyectos arquitectónicos. Tratándose de las de doble contacto, existen líneas de PVC que se utilizan en ventanas de antepecho y otras para resolver ventanas de piso a cielo raso, ambas con refuerzos de metal galvanizado en su interior para darles su apropiada inercia.
Respecto a la seguridad, estos sistemas permiten incorporar herrajes de resguardo con cierres multipunto y vidrios especiales, lo que garantiza la protección frente a situaciones inesperadas.
Estos sistemas sirven para obras nuevas y de renovación, gracias a su adaptabilidad y variedad de colores.
Otra forma de apertura de las ventanas es la oscilobatiente, que consiste en un sistema con dos opciones de aperturas: lateral y superior variable, lo que permite mantener la ventana abierta hacia el interior permanentemente y ventilar en días lluviosos, es decir, impide que la vivienda se humedezca.
La totalidad de sus sellos son en burletes que no se degradan con el tiempo, ni son afectados por los rayos UV.
Asimismo, cuenta con una aislación termoacústica que mantiene una adecuada temperatura del ambiente, tanto en verano como en invierno.
Todos los modelos cumplen con la certificación de estanqueidad al agua, lo que permite eliminar la filtración hacia el interior del recinto, producto de la acción conjunta del viento y la lluvia.
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